A pesar de que los equipos de transferencia requieren mantenimiento limitado, las pruebas y el cuidado regular mejorarán la confiabilidad en los equipos en casos de fallas de energía.
A través de la inspección semanal, se garantizará que los indicadores funcionen correctamente, que los interruptores de control estén en la posición correcta y que las primeras señales de falla, tales como el recalentamiento, se detecten pronto.
Las pruebas mensuales permiten que el sistema funcione de la misma manera en que lo haría en casos de emergencia.
Las pruebas pueden activarse en forma automática, a través de un reloj registrador o manualmente.
Es necesario que la secuencia de la prueba se complete para garantizar que todas las funciones del reloj se lleven a cabo correctamente.
Cualquier anormalidad debe apuntarse y es necesario proceder en consecuencia. Las pruebas deben estar sujetas a requerimientos legales regionales.
Las pruebas permiten que los operadores conozcan la función de los equipos y sus controles.
El mantenimiento anual generalmente implica una desconexión segura del interruptor de transferencia tanto de fuentes de reserva como de fuentes normales.
La caja del interruptor se limpia y posteriormente se abre. Después de comprobar la desconexión, se verifican los controles del interruptor para determinar si están desgastados y se limpian, si es necesario. Los componentes y las conexiones se verifican para determinar si existen señales de calentamiento excesivo.
Además, se vuelven a ajustar conforme a los pares de torsión correspondientes y se realiza una verificación del cableado de control.
El interruptor de transferencia debe probarse minuciosamente antes del mantenimiento anual.
La termografía proporciona una ayuda valiosa para diagnosticar problemas potenciales con los equipos eléctricos y es más útil si se mantiene un registro de los datos obtenidos.