Los transmisores de presión captan el valor de presión o la variación de la misma y lo convierten en una señal eléctrica normalizada, por ejemplo 4...20 mA o 0...5 V. La pieza central de un transmisor de presión es el sensor que se fabrica en tres variantes.

1. Sensores de película delgada

están basados en el mismo principio que las galgas extensiométricas, que son

estructuras de rejillas conductoras que cambian su resistencia en función de las variaciones de expansión o grosor inducidos por el cambio de presión. Para un sensor de película delgada se colocan cuatro resistencias en una membrana que forman en su conjunto el puente de Wheatstone para detectar el grado de deformación en la membrana bajo presión. Las galgas extensiométricas están colocadas y estructuradas sobre un elemento metálico

2. Sensores de película gruesa

Estos sensores utilizan también cuatro resistores formando en su conjunto un Puente de Wheatstone. La estructura se "imprime" sobre un elemento base (p.e. cerámica) y luego incrustado con alta temperatura. El rango de la variación de la resistencia depende también al grado de la deformación de la membrana inducida por la presión.

3. Sensores piezoresistivos

En este caso se aplica una membrana de un material semiconductor (silicio) con estructuras selectivamente distribuidas. El funcionamiento de los sensores está basado en el efecto piezoresisitivo que consiste en una variación de la resistencia en el semiconductor, causado por su expansión y compresión que influye en la movilidad de los electrodos bajo carga mecánica.





WIKA aplica para sus transmisores de presión estos tres principios más comunes, desarrollados en los laboratorios de sus centros de investigación y fabricados en sus propias instalaciones.

La fiabilidad de estos transmisores está comprobada en la práctica. Además disponen de potenciómetros para realizar el ajuste.